2006/01/02

Cómo dirigir cuando uno no es el jefe

Muy a menudo, seguro que nos encontramos en situaciones en la que tenemos la responsabilidad pero no la autoridad para hacer cosas por medio de un grupo.

Como dice
Peter Drucker, "tenemos que aprender a dirigir en situaciones en las que carecemos de autoridad imperativa, en las que ni mandamos ni nos mandan".

En un interesante artículo del Harvard Management Update, de Julio de 2000 (número 34), se publicó un interesante artículo sobre este "liderazgo lateral o persuasivo".
Tal y como dice el subtítulo del mismo, "
usted no necesita mandar para actuar - y para que le reconozcan - como líder en su empresa".

El auténtico liderazgo, como es natural, nunca ha sido cuestión de mera autoridad formal.

Un líder lo es cuando otras personas lo reconocem como tal: escuchan sus ideas, valoran y siguen sus sugerencias y recurren a él en busca de consejo.

Lo que caracteriza a un líder no es su cargo, sinó unos cuantos atributos, actitudes y hábitos que le distinguen de los demás.

En este artículo, se presenta un método muy útil, dividido en
cinco pasos, para "dirigir desde la banda", aplicable en casi todos los proyectos, equipos o reuniones en las que participemos.
  • 1. Establecer metas. Las personas logran el máximo cuando tienen objetivos claros. El primer cometido de cualquier grupo es plasmar exactamente por escrito lo que espera conseguir.
  • 2. Pensar sistemáticamente. Los líderes eficaces proceden sistemáticamente: recopilan y estructuran los datos necesarios, analizan las causas de la situación y proponen acciones basándose en dicho análisis. En un grupo, ayudan a los demás a centrar su atención planteando las preguntas adecuadas.
  • 3. Aprender de la experiencia... sobre la marcha. Es mas eficaz aprender sobre la marcha, lo que significa que una parte del trabajo diario de un grupo consiste en revisar el trabajo que han hecho hasta la fecha e introducir las correcciones intermedias que sean necesarias.
  • 4. Comprometer a todos. Un grupo, para obtener resultados óptimos, necesita del esfuerzo de todos y cada uno de sus miembros, y los jefes de grupo eficaces buscan el mejor encaje posible entre los intereses de los miembros y las tareas que es necesario hacer. Conviene preparar una lista de tareas y encomendarlas a las personas o subgrupos pertinentes.
  • 5. Facilitar información evaluatoria. Una cosa que siempre es bienvenida es la sincera manifestación de aprecio. Muchas veces, estaremos en situación de ayudar a las personas a mejorar su actuación haciendo de asesores. Un buen asesor formula muchas preguntas, reconoce que las personas pueden intentar una cosa con mucho interés y fracasar a pesar de todo, ofrece consejos para mejorar, teniendo en buen cuidado de explicar las razones en que se basa para darlos

Así pues, ¿
qué podemos hacer para liderar sin ser el "jefe"?

  • La persona que formula la pregunta "¿podemos empezar aclarando nuestras metas? y que luego toma la delantera al debatirlas y redactarlas, está asumiendo automáticamente un papel dirigente, sea cual fuere su puesto.
  • Por otra parte, tenemos que actuar de manera sistemática a la hora de recopilar y estructurar la información para proponer acciones y ayudar al resto del grupo a hacer lo mismo. Preguntas como "¿tenemos toda la información que necesitamos para analizar esta situación? o ¿podemos tratar de identificar las causas del problema que estamos intentando resolver? pueden ayudarnos en este cometido.
  • Quién llame la atención del grupo sobre la conveniencia de hacer revisiones periódicas y aprender sobre la marcha estará desempeñando un papel de líder.
  • Planteemos al grupo cómo podemos hacer más atractivas las tareas y ayudemos a que también opinen los miembros menos comunicativos del grupo, a fin de que todos se sientan parte del proyecto general.
  • Finalmente, convirtámonos en "asesores".

Es necesario
empezar a actuar como líderes dondequiera que nos encontremos.

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